Los seres humanos para desarrollarnos necesitamos alimento, oxígeno y agua, pero por sobre todo necesitamos caricias. Caricia no sólo entendida como el contacto de piel con piel, caricia es una mirada, es un gesto amable, es un mensaje, es una mano en el hombro, es una sonrisa, es una crítica constructiva, es un signo de reconocimiento.

Hay personas que no obtuvieron esas caricias en su familia de origen, pero sí encontraron ese signo de reconocimiento en algún familiar, en algún amigo de la familia, en un maestro, en alguien que en algún momento realmente los mira como nadie lo hizo antes y siembra una semilla que, junto a otras a lo largo de esa vida, permite potenciar su desarrollo.

Se trata de cuidar, de respetar, de dar alas.

Trata a un ser humano como puede llegar a ser, porque confías en él y se convertirá en lo que está llamado a ser.