El objetivo general de la terapia psicológica es que cada persona pueda ir adquiriendo y desarrollando, a su tiempo, aquellas habilidades y recursos internos que le permitan lograr un cambio respecto a la situación que provoca el malestar. Para ello, el psicólogo fomenta el crecimiento personal y la autonomía de forma tal que la persona pueda utilizar el aprendizaje adquirido en el proceso terapéutico no sólo para esa situación en particular, sino para resolver por sí mismo las distintas dificultades que pudieran presentarse en un futuro.
Para lograr este objetivo general, el psicólogoy la terapia psicológica persiguen varios objetivos específicos a lo largo del proceso terapéutico.
- Fomentar en cada persona la exploración y el mejor conocimiento de sus cogniciones, actitudes, sentimientos y emociones. De esta forma, podrá ver con más claridad lo que piensa, lo que siente, lo que quiere o no quiere, lo que le preocupa exactamente y hacia dónde quiere ir.
- Ayudar a la persona a reelaborar situaciones conflictivas que no pudo manejar en el pasado y que esto le permita modificar el modo de percibir la realidad.
- Redefinir situaciones, pensamientos y creencias limitadoras para crear así nuevas perspectivas y soluciones alternativas para abordar los problemas. Aquí se trata de ayudar a la persona a cambiar pensamientos limitadores en cuanto a las creencias que tiene acerca de sí misma (lo que es capaz de hacer o no) y en cuanto al entorno (como percibe a los demás y al mundo en general) de forma tal que esas creencias no sigan obstaculizando su desarrollo, el logro de sus objetivos y dejen de provocarle malestar.
- Mejorar las habilidades sociales para que la persona pueda comunicarse con más eficiencia al expresar sus pensamientos y sentimientos.
- Fomentar la autonomía y la responsabilidad personal para que la persona descubra sus propios recursos y aprenda a utilizarlos por sí misma.
