Somatizaciones

Somatizaciones: Cuando el cuerpo nos habla

Muchas veces en la vida de una persona el cuerpo se enferma por factores psicológicos. En esos momentos, el cuerpo nos habla a través de sus síntomas y es importantísimo poder decodificar su mensaje. Quizás nos avisa sobre algo que nos enoja o angustia y que no pudimos poner en palabras, situaciones no elaboradas, secretos familiares que cargamos en nuestra mochila de viaje y que se hacen cada vez más pesados, mandatos familiares que determinan nuestra forma de encarar la vida hasta enfermar.

El cuerpo primero nos susurra, después nos habla y finalmente nos pide a gritos que lo escuchemos. El cuerpo no miente, si se lo sabe escuchar, nos da una información muy preciada acerca de lo que nos pasa; es cuestión de aprender a decodificar ese simbolismo a modo de jeroglífico o, mejor dicho, de recuperar esa capacidad que todos tenemos desde niños de percibir esas señales del cuerpo, registros que la intelectualización de la vida adulta se encarga muchas veces de pasar por alto, sosteniendo falsas creencias y pensamientos disfuncionales para percibir la realidad, anulando, en ocasiones, ese sabio mensaje.

Sí, el cuerpo habla lo que la mente calla y, en cuanto nos permitamos escucharlo y poner palabras ese padecimiento, de a poco iremos elaborando aquello que en otro tiempo nos enfermó. De esta forma, el cuerpo se irá sanando, los síntomas se harán más leves, recuperaremos la vitalidad perdida y empezaremos a caminar más livianos, sin tantas ataduras.

Permitamos que el cuerpo nos guíe como lo haría una brújula, escuchemos a ese sabio conocido que nos acompaña desde nuestro nacimiento y no lo desautoricemos porque muchas veces atesora el por qué de muchos de nuestros padecimientos