Asimismo, en este primer encuentro, se acuerdan los objetivos a alcanzar y se establecen los horarios, la frecuencia y el costo de las sesiones.
En los siguientes encuentros se seguirá recabando toda la información relacionada con el problema en las diferentes áreas: familiar, laboral y social.
Psicólogo y consultante irán construyendo las primeras hipótesis sobre cómo empezó el problema y las causas que lo mantienen en la actualidad.
Es normal que la persona, en la primera entrevista con el psicólogo, experimente cierta ansiedad o malestar por tener que abrirse a alguien desconocido. No es imprescindible mostrar toda nuestra intimidad en el primer encuentro; es la persona quien decide cuándo y qué contar al terapeuta. Lo esperable es que estas sensaciones vayan disminuyendo en los siguientes encuentros, en la medida en que la persona perciba la comprensión y la confidencialidad del terapeuta y que ambos puedan construir un buen vínculo terapéutico que facilite el trabajo en conjunto.
